Advierten sobre posible repetición de la tragedia del río Blanco.
“La
cuenca del río Soliette o río Blanco tiene más o menos un 70 por ciento del
territorio de la cuenca en Haití y un 90 por ciento o más de la cubierta
vegetal en esa área prácticamente no existe ha sido cortada, ese fue uno de los
factores que influenció en esa tragedia que cobro la vida a cientos de
personas”, destacó el hidrólogo Gilberto Reynoso.
Reynoso precisó que la vegetación tiene la
capacidad de hacer que la lluvia una vez toca la superficie del terreno se
infiltre y ya el agua infiltrada se mueve más lentamente hacia los ríos pero
cuando no hay vegetación entonces escurre sobre la superficie a una velocidad
libre, por eso estos fenómenos torrenciales son catastrófico en las zonas donde
la falta de cubierta vegetal tiene una gran influencia sobre el agua.
Según
este hidrólogo en el país tenemos varias
cuencas con las características de rio Blanco. Detalló que en la vertiente de la sierra de Neyba
tenemos el rio Panzo, en Azua el rio
Jura y el Távara. Asimismo, en la sierra de Bahoruco está el caso de Duvergé y
El Limón en Jimaní.
“Se
necesita que el Estado impida que se construya comunidades en cauces secos, son
ríos dormidos, porque no es como dicen que están muertos, los ríos se quedan en
letargo y cuando le llueve en la cabecera y encuentran que le han invadido su
cauce viene la tragedia. La osadía del humano que viene impulsado muchas veces
por la pobreza, no tiene oportunidad de irse a otro sitio”, puntualizó.
En
ese mismo orden, el ambientalista Luis Carbajal explicó que en una cuenca sana,
el agua cae, la vegetación la retiene, la infiltra y la sede lentamente, lo que
no ocurrió cuando la tragedia de rio Blanco.
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